Ainhoa Garrido García
El oro es conocido como material
precioso y de alto valor económico en el que su aplicación principal y más
extendida es en joyería. Sin embargo, también existe lo que se conoce como oro
químico, el cual presenta gran interés debido a las múltiples aplicaciones que
tiene, desde el campo de la medicina como anticancerígeno hasta su uso como
trazador a nivel industrial. Además, destaca su papel en catálisis, ya que es
capaz de promover reacciones orgánicas.
Por otro lado, se
encuentran los carbenos, compuestos derivados del carbono divalente, una de las
especies más reactivas en química orgánica.
Lo que se trata en
este artículo[1] es el uso de diaminocarbenos acíclicos (ADC) en lugar de carbenos
N-heterocíclicos, ya que estos últimos presentan numerosas desventajas.
Estos diaminocarbenos
se utilizan en transformaciones orgánicas catalizadas por oro (I), de ahí la
importancia y la relación con este metal de transición importante.
La mayor importancia de
estos recae en la preparación de propargilaminas e indolizinas, teniendo un
mayor rendimiento en ambos procesos, unas condiciones de síntesis mucho menos
agresivas y contaminantes y unos tiempos de preparación mucho más cortos.
De estas dos síntesis la más destacada y
estudiada es la de propalgilaminas, en las que se produce un acoplamiento de
tres componentes: carboxaldehídos, aminas secundarias y alquinos terminales.
Bibliografía:
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