miércoles, 4 de diciembre de 2019

LA LUZ AZUL Y EL COBRE FORMAN UN GRAN EQUIPO


Noelia Martínez Pérez

En el amplio campo de la química orgánica, las reacciones radicalarias, aunque protagonizan rutas sintéticas eficientes, están obstaculizadas por tener que emplear reactivos tóxicos, como peróxidos o derivados de estaño, para activar los sustratos y formar especies radicalarias. Sin embargo, se está desarrollando el uso de luz azul combinada con un catalizador de cobre(I), para iniciar una más amplia gama de estas reacciones, en condiciones suaves, seguras y respetuosas con el medioambiente.
Esta técnica se conoce como fotocatálisis o catálisis fotorredox y consiste en activar los complejos de cobre con luz visible, para que éste pueda activar de forma eficiente sustratos, en este caso, orgánicos. Dichos complejos son más económicos y menos dañinos para el medio ambiente que los fotocatalizadores que normalmente se utilizan.
Christofer et al.1, inspirados por las investigaciones de McMillin, Kutal2, Mitani3, Sauvage4 y König5, desarrollan la síntesis y aplicación del fotocatalizador [(DPEPhos)(bcp)Cu]PF6, utilizando tiras de LED azules.
Figura 1: Síntesis del complejo de Cu(I).
Son capaces de llevar a cabo ciclaciones radicalarias reductoras de haluros orgánicos, ciclaciones dominó, arilaciones de arenos, así como de sintetizar inhibidores contra el cáncer, obteniendo rendimientos razonables. Esto es posible gracias al ciclo catalítico inusual que se da, utilizando un reductor de sacrificio: Cu(I)/Cu(I)*/Cu(0).
Figura 2: Ciclaciones radicales dominó
La catálisis fotorredox es un área de investigación activa y prometedora en campos como la medicina, la síntesis química, la ciencia de los materiales o la química ambiental.

Referencias

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