Francisco Sánchez Martínez
Los terpenos son muy utilizados en la
industria de aromas y fragancias. Por desgracia, muchas reacciones que se
siguen empleando a día de hoy utilizan ácidos muy fuertes, catalizadores
homogéneos (difíciles de separar), condiciones extremas y/o disolventes tóxicos
como el benceno.
En este artículo [1] se
propone una alternativa ecológica que “arregla” todos estos problemas:
Como disolvente se
utilizan dialquilcarbonatos (DMC y DMC) por su muy baja toxicidad y que son
biodegradables. Como catalizador se usa un heteropoliácido, el ácido
tugstenofosfórico con soporte de silicio (H3PW12O40) [1],[2] abreviado como HPW, que al no ser soluble en los disolventes utilizados
(catálisis heterogénea) se puede recuperar muy fácilmente.
Con esta ruta
sintética se ha logrado obtener un alto rendimiento (~90%) en la obtención de
ambas especies y como ventaja adicional, las temperaturas utilizadas en las
reacciones disminuye, siendo menos peligrosas. Esto es sobretodo en la
obtención de carvenone, para lo cual se alcanzan hasta 190 ºC y con este método
bajaría hasta los 90 ºC.
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